EFECTO DEL COLLAR DE IMPULSOS ELÉCTRICOS EN PERROS:
Tradicionalmente se ha considerado a los perros como una herramienta de trabajo, objeto de belleza y estatus o animal de compañía. Esto ha derivado en unas estadísticas que dicen que el 86-90% de los perros muestran al menos un problema de comportamiento, siendo este el principal motivo de eutanasia y abandono.
En la actualidad muchos de esos problemas se solucionan trabajando con profesionales, en este proceso surgen tendencias nuevas con la idea de profundizar sobre el bienestar de estos animales, sus capacidades, habilidades y la manera de convivir de una forma respetuosa y responsable para con ellos. Estas nuevas escuelas han generado un debate cada vez más candente sobre las diferentes metodologías a la hora de adiestrar y educar a los perros, poniendo en cuestión las herramientas utilizadas para ello. En el siguiente artículo se explican, tomando como base diferentes estudios científicos, los efectos que los collares de impulsos generan en los perros, tanto a nivel comportamental como fisiológico.
Los collares de impulsos eléctricos llevan incorporado una batería con electrodos. Hay varios tipos, los más conocidos y utilizados hoy en día son dos, los “antiladrido”, que incorporan además un sensor de vibración para detectar el ladrido o gruñido y funcionar de manera automática, y los que funcionan por control remoto, que constan de un mando a distancia con la función de poder dar la descarga en el momento que se decida.
Su utilización va unida o bien a un castigo positivo o a un refuerzo negativo dependiendo de cómo se aplique la descarga. En el primer caso el impulso tiene la función de castigar una conducta indeseada por el adiestrador, se procede a dar la descarga en el momento en el que el perro muestra dicha conducta. En el segundo es utilizado como estímulo aversivo que cesará en el momento en el que el perro de la conducta deseada por el adiestrador.
Con respecto a la normativa, en el estado español a día de hoy no hay una legislación que los regule o los prohíba, son artículos fáciles de conseguir para cualquier persona ya sea en tiendas o en internet. Hay países en los que sí está legislado limitando su uso a “profesionales”, y algunos otros países y ciudades en los que hoy en día ya están prohibidos, como por ejemplo Austria, Suiza y algunas zonas de Catalunya.
“Los parámetros de estrés suben con el uso de los collares de impulsos eléctricos”
Las investigaciones de los parámetros de estrés (ritmo cardíaco y concentración de cortisol) y que evalúan sus causas y efectos en el bienestar de los perros, dicen que éstos aumentan con el uso de dichos collares, ya sea ésta ajustada a las técnicas de condicionamiento operante en el que el castigo ha de ser impuesto en el mismo momento de la conducta indeseada, o dándose una utilización menos predecible para el animal. En el segundo caso los parámetros aumentan en un nivel mucho mayor. Este estudio pone de manifiesto el efecto general de su utilización con respecto al estrés en perros siendo si cabe mayor en manos inexpertas.
En el estudio realizado en 2003 “Training dogs whith help of the shock collar: short and term behavioural effects” (Shilder et all, 2003), se buscaba observar los efectos de su utilización en el comportamiento, con un especial interés en buscar evidencias de dolor, sufrimiento, agresiones inducidas por dolor y conductas de indefensión. Los efectos en los que la utilización se dio solo en ambiente de entrenamiento fueron mínimos a corto plazo en el comportamiento. Sin embargo, a largo plazo se vio que son percibidas como experiencias traumáticas por los perros. En ambiente de entrenamiento se observó una diferencia clara entre los perros que habían sufrido descargas de los que no, éstos tenían asociadas las descargas con el ambiente generándoles el ambiente en sí mismo una subida de estrés.
“A largo plazo son percibidas como experiencias traumáticas por los perros “
Se estudiaron las reacciones de comportamiento directas tras la administración de la descarga y los posteriores efectos. Para este experimento se utilizaron los siguientes perros, 15 perros policía todos machos enteros (5 cruces de malinois,1 puro, 8 pastores alemanes y 1 rottweiler), y 31 perros más todos pastores alemanes ,16 de ellos (2 hembras, 14 machos) recibieron descargas y otros15 (3 h, 12m) de control.
Todos los perros fueron adiestrados con los mismos métodos y con el mismo adiestrador
Los 31 perros se utilizaron por un lado para estudiar el efecto directo de las descargas en el comportamiento y por el otro, para ver las diferencias de comportamiento entre los perros control y los que han recibido descargas.
Concluyen con que el impacto de las descargas es negativo para el bienestar de los perros, que pesar de terminar con los comportamientos indeseados a corto plazo es negligente dado que el impacto tiene efectos a largo plazo.
En el ambiente de entrenamiento se vieron diferencias de comportamiento entre los perros control y los que habían recibido descargas, para los segundos habían sido experiencia traumática asociadas al principio del entrenamiento. En los que recibieron descargas tanto en el lugar de entrenamiento como en otros lugares la asociación se dio con el entrenador.
Con estas herramientas los perros responden al dolor y sufrimiento, ese es el motivo de los cambios en el comportamiento.
Se observaron distintas conductas asociadas al dolor y al estrés como son la bajada de la postura corporal, lamidos, jadeos, vocalizaciones (aullidos de alta frecuencia), agresividad generada por dolor…
Todos los indicadores marcan que las descargas producen una evidente respuesta de dolor en los perros, por lo que son eventos traumáticos para ellos.
Uno de los ejemplos que se dan en este estudio dice que un perro recibió descargas entrenando y un año y medio después de la última seguía con problemas de conducta.
Los perros que recibieron descargas mostraban una postura de orejas más bajas tanto paseando, en obediencia como entrenando, se lamían más a menudo durante el trabajo de obediencia y en el resto de ambientes. Los experimentales estaban más estresados en ambiente de entrenamiento y en el parque generándose una asociación entre el entrador y las descargas, e incluso entre las órdenes y las descargas.
Concluyen que a largo plazo se genera estrés crónico y mayor probabilidad de agresividad.
En el estudio de 2005 ( Jones , A.C., Joseps, R.A. Current Issues and Research in Veterinary Behavioral Medicine ) se estudiaron 184 perros, se midieron los niveles de cortisol antes y después de una competición de agility. En estos perros el juego y el contacto disminuyeron niveles de cortisol, a diferencia del comportamiento punitivo (gritos y la restricción de juego) por parte de los propietarios que llevó a un aumento de los niveles de del mismo.
El autor concluyó que los perros que con frecuencia elevaban los niveles de cortisol, pueden sufrir de enfermedades por estrés crónico, como la pérdida de capacidad cognitiva y diversos problemas físicos que podrían acortar sus vidas.
Otro estudio realizado en 2004 ( Hilby et all, Animal Welfare) estudió la efectividad y repercusión en el comportamiento y bienestar de los perros de diferentes métodos (reforzamiento y castigo) de adiestramiento básico (sentarse, tumbarse, entregar un objeto…). Se estudiaron 364 propietarios de perros de la U.E. 20.2% solo usaron recompensas, 9.8% solo castigo, 9.6% mixto o sin método, 60.4% usaron una combinación de castigos y recompensas.
En algunas áreas (llamada, cobro…) no hubo diferencias significativas en el nivel de obediencia. Sin embargo en el resto de ellas el uso de recompensas únicamente consiguió mayor rango de obediencia que el resto de métodos. Concluye también que únicamente utilizando refuerzo positivo se reduce la incidencia de comportamientos problemáticos (agresiones, miedo, comportamientos compulsivos…).
Todos estos estudios concluyen que:
1.El castigo incrementa la aparición de comportamientos problemáticos con una relación directa entre el tiempo que se estuvo adiestrando con castigo y la cantidad de comportamientos problemáticos que se observan.
2.Aunque en muchos casos estas metodologías son aplicadas como recursos de resolución rápida, la bibliografía científica nos lleva a descartarlo como tal por diferentes razones.
a.La primera es que generan dolor y estrés.
b.La segunda, todas las conductas problemáticas generadas paralelamente por la aplicación de estas herramientas como pueden ser la agresividad o las conductas compulsivas o estereotipadas.
c.La tercera, que este tipo de trabajo, el realizado con métodos punitivos como en este caso es el collar de impulsos eléctricos, busca eliminar una conducta que generalmente es síntoma de un problema, no el problema subyacente.